Llámame, señorita locuras

Puede que aparente ser una chica normal y corriente. Pero no, siento mucho decirte que estas equivocado, aunque mi sonrisa sea como todas las sonrisas, mis ojos sean simples o mi pelo liso cuando me le plancho y ondulado cuando salgo de la ducha, en realidad, lo que está dentro de mi, no es una simple copia, es la mismísima señorita locura, que quiere salir al exterior, la locura, no se controla, se vive, se sufre por las acciones que hemos cometido por guiarnos de ella, pero jamás retrocedemos o nos arrepentimos, simplemente por que no hay vuelta atrás. Esta querida locura, no solo me acompaña a mi, en realidad, nos acompaña a todos, algunos la usan demasiado, de una forma excesiva y otros tienen el miedo de sacarla a la luz, por el asqueroso, que dirán. Yo siempre que llama a mi puerta, es bienvenida, un monótono sábado se puede convertir en un sábado agotador, con los pies muertos de tanto haber bailado, una aburrida clase de filosofía, puede llegar a ser divertida, hasta un simple y largo viaje, se te puede hacer corto, pero recuerda, siempre y cuando estés con la señorita locura. La encontraras en los momentos menos adecuados, que son cuando más falta hace. Me alegro de que haga competencia al alcohol y las drogas, ya que la locura es más saludable y no tiene efectos secundarios, a no ser, que alguien cercano a ti se contagie de locura también. Pero tranquilo, tan pronto como viene se va, no importa si eres niño, adolescente, adulto o anciano, siempre que se lo permitas, la señora locura te acompañará.

A si que vive la vida,  

no te preocupes por el que dirán.