Querido mortal, sígueme...

16 de febrero de 2013

Escribo y la libertad consigo



Dame una hoja y un papel y te escribiré todo lo que pase por mi mente, mis miedos, mis ilusiones rotas, hasta mis emociones. Todo, absolutamente todo te lo escribiré. Llegarás a leerme hasta tal punto, en el que te sentirás en mi propia piel, no te preocupes, caerán las lagrimas de tus ojos si eres sensible y sentirás ese dolor punzante en tu corazón si todo lo que lees, hace un tiempo lo sufriste. Hoy puedo escribirte los versos más tristes y mañana darte alas y pasado mañana robártelas. Escribo para liberar mi alma, para sentirme viva, para aclarar todo aquello que no encaja en mi vida o para que mentir, para contar todo aquello que de este mundo me aniquila cada día. Orgullosa y sensible, adolescente para la mayoría incomprensible. Escribo todo aquello que no me atrevo a veces a contar y la mayoría de las veces escribo, para soñar un poco más. Pero realmente escribo para sentir la libertad. Sí, esa de la que muchos hablan, pero que pocos han podido llegar a tocar.

Escribir, para sentir.
                                       Y como muchos decís... Siento, luego existo.

                                                   Sandra  

7 de febrero de 2013

El amor, una enfermedad más.

Parece que estoy enferma, que no me voy a curar nunca. Y ojalá que sea así de verdad, porque no me quiero curar jamás de esta enfermedad, aunque a veces sufra y se abran mis heridas. 
“Te has convertido en una droga 
de la que no quiero desengancharme en la vida”
Es esa sensación de necesidad, de vacío si no vuelves más. Es ese dolor en mi pecho, esa angustia ahí, que no se puede explicar. Es ese nudo imposible de desgarrar de mi garganta al pensar que te puedo perder en cualquier momento. Es vivir un tormento cada día que se vuelve gris, porque hemos vuelto a discutir. Es esa infinita felicidad, cuando a mi lado estás. Hablo de sentir, de sufrir y de vivir la vida. Prefiero todo esto, a no sentir nada, a no sentirme viva.

Ven. Escúchame y obedéceme...
                                                   ..Por tu bien, por mi bien, por nuestro bien...

                                                                           

Ven, prometo que jamás me iré.
Ven, ya, ahora y no me sueltes nunca.
Ven, susúrrame ese par de palabras por mi nuca.
Ven, sí... que quiero tu boca, aquí, en mi clavícula.
Esta noche, quiero volverme tan loca y tan ridícula.
Ven, ven, ven…que sin ti, me consumo en el fuego.
Ven de una vez, porque si no vienes me muero.
Mi enfermedad, no se puede curar.
Mi enfermedad eres tú sin más.
Mi enfermedad se llama
“Amar”

                                                  Sandra  

1 de febrero de 2013

El peor miedo de todos

Ella puedes ser tú y lo puedo ser yo...


En realidad ella es feliz, pero cuando la rodea ese miedo, el mundo se la cae a pedazos y su armadura se rompe poco a poco a cachos. Y es que ese miedo, es el peor de todos, hablo de ese miedo que te asfixia cada día, el que te empuja al borde del abismo y provoca que no encuentres la salida. Y lo cierto es, que es imposible evitar las lágrimas que caen por temor a otra caída. Por miedo a verlo desaparecer todo. Son gritos en su mente, que ansían su muerte, su derrota, su retirada y sobretodo su sonrisa rota... No lo permitas, no temas, quítate esas cadenas, esos quebraderos de cabeza que solo consiguen perderte y atormentarte cada vez más y más.
Y entiende de una vez por todas, que ese miedo que tu tienes, pocas personas lo tienen. Sufres el peor miedo de todos...el de perder a alguien. Acéptalo sin más, déjate de torturar. No temas a que las agujas del reloj pasen sin avisar. Comprende que lo que hoy daña, mañana sana. No te pido que abandones ese miedo, solamente lucha en este duelo.
Solamente...no te dejes ganar. Jamás.

Y ellaa decidido luchar y antes quiere dejar estas palabras escapar...

Es fácil decir, tranquila, no tengas miedo.
Pero lo inevitable es no tener miedo, después de escuchar su te quiero.
Tener miedo, si... a perder esa persona que lo es todo para ti. 
Miedo a no volver a relajarte con su respiración.
Miedo a no volver a escuchar el ir y venir de su corazón.
Miedo a no volver a sentir sus dedos por tu espalda dibujando mil formas sin sentido.
Miedo a no volver a tener sus brazos como abrigo.
Miedo a querer besarle y ya no poder a los ojos ni mirarle.
Miedo a echar de menos sus ojos, su sonrisa, su voz, sus palabras, su forma de mirar, de callar, de andar y hasta incluso de silbar. Porque todas esas pequeñas cosas, son las que cada día te vuelven un poco más loca, son de las que sin que te des cuenta más y más te enamoran.
Miedo a perderte a ti misma si le pierdes a él.
Porque en el fondo sabes que tienes que admitir que...él...es tu todo.


él la dice que escuche sus palabras y que no vuelva a derramar ninguna lagrima más...

"Puede que no pueda hacer que no tengas miedo simplemente diciendo que no lo tengas, pero no dudes ni un solo instante que haré lo que haga falta, para que ese miedo salga poco a poco de tu mente"

Lucha para no perder, pero sobretodo, 
lucha por lo que merece la pena tener.


¿Lo mejor de este texto? 
Que todas estas palabras son sacadas de la realidad.

                                                  Sandra